Desde Sservitium pensamos que los elevadores de vehículos son una parte fundamental del equipamiento de los talleres de reparación, especialmente los dedicados a electromecánica, neumáticos y mecánica en general.

Su utilidad se encuentra en una multitud de reparaciones del día a día, pero en numerosas ocasiones su mantenimiento se deja de lado. Esto no debería ser así, puesto que el estado de los elevadores de taller corresponde a los percances que puedan afectar a la productividad del taller, como no poder bajar un vehículo o trabajar de forma segura en general. No debemos olvidar que los profesionales del taller se encuentran debajo de toneladas de peso que pueden acarrear un riesgo muy serio a nivel personal si se da una mala praxis.

¿Cómo realizar el mantenimiento de un elevador de taller?

Para evitar los problemas anteriormente mencionados, lo ideal es hacer un mantenimiento periódico y preventivo. Si el elevador ha sido adquirido recientemente y se encuentra en garantía, será el técnico de la marca fabricante o personal acreditado multimarca el responsable de hacer una inspección al menos una vez al año.

Sin embargo, los trabajadores del taller también deben realizar una serie de actuaciones para garantizar el buen estado del elevador. El primer paso sería realizar una inspección visual al inicio de cada jornada laboral, comprobando “a ojo” el buen estado de las cadenas y los cables, así como la existencia de manchas de aceite que puedan implicar alguna fuga. También se debería realizar una comprobación del resto de elementos de seguridad, así como la fijación de los tacos al suelo.

En cuanto a las inspecciones menos frecuentes (en este caso mensuales), se debe comprobar la buena sujeción del elevador, en su defecto, cualquier síntoma que marque la existencia de un problema en este sentido.

Para un buen estado del elevador de taller, conviene lubricarlo, ya que todas las cadenas y sistemas móviles trabajan correctamente cuando están lo suficientemente engrasados, además de alargar su vida útil.

Por último, los anclajes deberían estar perfectamente fijados, sin holguras ni movimientos, siendo este uno de los problemas más graves de seguridad que puede tener un elevador.

Pero una vez hecho el daño, ¿cómo se repara un elevador de taller?

Para realizar la reparación de un elevador de taller es fundamental seguir una serie de pasos, que sumados a un buen mantenimiento harán que este error no se vuelva a cometer. En Sservitium analizamos en detalle la tipología del daño y reparamos siempre que sea posible in-situ el elevador de taller.

Todas las piezas de recambio siempre son originales y según las indicaciones del fabricante. Recuerda, una vez reparado, los elevadores deberán ser inspeccionados periódicamente, supervisando con especial atención los órganos de suspensión y los niveles de líquidos hidráulicos. Un elevador revisado anualmente tendrá menos averías y estará más tiempo operativo y nos proporcionará mayor beneficio económico, que uno que no lo está.

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